-Siempre te amaré, Minato, espero que seas muy feliz. El blondo observó el cuerpo zambullirse por completo y perderse lo más lejos de su vista. Cuando logró reaccionar ya era demasiado tarde, se dejó caer de rodillas junto a la orilla y sus lágrimas salieron sin titubear. -Nunca te olvidaré, Sasuke. Minato también lo amaba, pero ambos sabían la dolorosa realidad. Lo suyo era imposible, Sasuke pertenecía a las aguas y él tenía una vida en la superficie, jamás podrían caminar juntos de la mano ni entregarse en cuerpo y alma como lo deseaban. Este era el triste adiós.