Yo me consideraba un completo desastre en todos los sentidos posibles.
También insegura.
Ah, sí, y pesimista.
Estaba tan centrada en mi amiga que no era capaz de hablar con alguien más, era tan incomodo y me costaba. Y cuando lo conocí... bueno, hubo diferencia, me sentía mucho más cómoda.
Había mucha más facilidad para lograr entendernos y... extrañamente era una bonita sensación. ¿Alguna vez no pensaste en abandonar todo y comenzar de nuevo? Pues yo sí y muchas veces, el problema ahí, era la adolescente que apenas... podía lograr comunicarse sin estropearlo. Tenía el aspecto muy distraído, casi como la típica chica mala de la historia, solo que yo no era así, solo distraída.
Mi madre solía decirme que debía pensar en lo que yo quería y no en lo que los demás esperaban de mí.
Tomar buenas decisiones no era lo mío.
Lo mío era más... fallar y quejarme después. Sí, esa era yo. La que nunca tomaba decisiones correctas.