El cambio es una de las constantes en esta vida, por lo menos la historia aún no ha demostrado lo contrario. Aún así, después de vivir con dicha constante des de que conformamos la primera célula, el ser humano sigue precisando su período de adaptación. Hasta el más mínimo cambio nos requiere un segundo de reflexión. Detrás de toda esta verdad, se esconde un peligro que no debe ser subestimado.