1860. El amor. ¿Qué no se ha dicho ya sobre el amor? Ese hermoso sentimiento que te hace sentir mariposas en el estómago, te vuelve más tonto de lo normal, y te hace sumamente felíz. Mitsuto Hasegawa era la evidencia de que a veces el amor también puede ser el detonante de la locura. Mitsuo era una no muy apreciado "Oiran" residente de un burdel de poca monta en un pequeño pueblo rural Okinawense. Durante toda su vida, Mitsuo no había sido vista más allá que como un simple objetivo para saciar los mas bajos deseos y lujurias de sus clientes, pero cuando un joven granjero, llamado Genji regresó a Okinawa, la mujer había quedado totalmente conmovida por el corazón puro del muchacho, e inevitablemente, terminó por enamorarse... lo peor que pudo haber sucedido.All Rights Reserved
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