Ese día hizo un frío escalofriante, me desperté más temprano de lo normal y quité la alarma que sonaría en unos minutos. Preparé mi desayuno como siempre lo he hecho, mi madre ya no se encontraba en casa, seguramente ya se había ido a trabajar. Cuando estuve lista miré el pasillo que daba a la habitación de Sofía, mi prima. Al parecer ella no saldría a tiempo; decidí dejarla y luego mandar al chofer por ella. Salí del apartamento y el recorrido en la limusina fue lento, más tráfico que de costumbre y menos gente deambulando por las calles. Cuando llegamos a las enormes rejas de la universidad, le pedí al chofer detenerse. - Milo, déjame en la entrada y vuelve a buscar a Sofía. - Como ordene señorita. Baje del auto y caminé hasta la entrada. Escaneé el carnet y me permitieron entrar; una corriente de aire logró hacerme herizar la piel. Saqué mi teléfono y comencé a andar sin ver al frente. De la nada escuché gritos, sólo entonces levanté la vista y me percaté de que la mayoría de los alumnos de la universidad salían corriendo por las enormes puertas. Subí las escaleras con el corazón casi en la garganta, la profesora Cecilia estaba vomitando y el director no podía ver lo que fuera que hubiera dentro del establecimiento. Apresuré el paso y decidí entrar justo cuando mi teléfono comenzó a sonar. La sorpresa fue tan grande que tuve que cubrir mi boca con la mano mientras sacaba mi celular con la otra. Atendí sin ver quien era y escuché la voz de Milo. - Señorita Adeline, su prima no está en el apartamento. Caí sobre mis rodillas al ver su cuerpo que yacía colgando de una cuerda amarrada alrededor de su cuello. Un enorme charco de sangre en el suelo, su mirada perdida, sus brazos inmóviles... Ella estaba muerta. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ ◇ Obra original, hecha por mí. ◇ Prohibida toda copia o adaptación. ◇ #LunesDeSoñadores