"Albus Severus Potter, fuiste llamado así en memoria de dos directores de Hogwarts. Uno de ellos era un Slytherin y probablemente sea el hombre más valiente que jamás haya conocido." Esas fueron las palabras que su padre siempre le decía cuando se sentía mal consigo mismo. No era normal ser el hijo de el "Niño que vivió" y sentirse como un fracasado. O mejor dicho, ser un fracasado. Y realmente lo era, lo llamaban el squib de Slytherin y si lo parecía. No era bueno en encantamientos, ni en ninguna materia posible, decían que no le hacía honor a ninguno de los nombres que llevaba y que solo era el hijo decepcionante de Harry Potter. Nunca se sintió completamente en paz, algunas veces se sentía en casa junto con su amigo Scorpius pero otras veces su vida en Hogwarts, a diferencia a la de su padre, era una pesadilla. Muchas cosas pasaron, muchas cosas vivió, lloró, se enfureció y en un día, ese chico tranquilo, amable y considerado, se convirtió en alguien que sus mismos padres desconocían.