Llegabas a casa a media madrugada y decías venir cansado, yo entonces me levantaba y me iba a llorar allá dentro de mi silencio y al despertar tu desayuno ya estaba listo junto a mi sonrisa y a mi tonta esperanza de un nuevo comienzo...
Cada mañana me fui infiel, y todo por esperar que cumplieras tu promesa, mi anillo de bodas de pronto ya no significaba nada, pero aún así yo lo portaba como si fuera el esposo bien amado
Querido esposo, el tiempo pasó, y aunque parece que nada cambió he de decirte que ya no te espero, el calor que no me diste antes ya no lo quiero.
Esos besos que me negaste ya son tan traslúcidos que me provocan nada, tus manos están tan frías que solo provocas que se enfríe mi alma a causa de tus caricias, ahora dices que me amas y que quieres pasar conmigo la noche perfecta que quieres tenerme y cerrar bien la puerta, dices que mi cuerpo y mis manos son lo mejor de mí.
Pero ahora noto que sólo son pretextos para apoderarse de mí cuerpo y marcarlo cada vez que puedas, pero ya no, no lo seguiré permitiendo.
Yo ya no te amo.