La Princesa y el Errante, el origen de la leyenda. (Completada)

Estaba asustada, no era precisamente de las que negaban que una leyenda o mito fuera cierta, pero tampoco de que posiblemente fuera de las pocas en vida en vivirlas.

Pablo tomo mi mentón y ante mi susto se alejo en busca de agua y mis medicamentos para calmarme temiendo por nuestro bebe. En ese momento, su bisabuelo, tranquilamente solo se sentó de a poco señalando la ventana.

Mientras contaba lo que había visto, y Pablo regresaba con mis medicinas perdido en su mente, solo dijo con cortesía:

"- Ella esta a salvo...".