Mi felicidad era imprescriptible, tanto que sentía pena por las personas a mi lado, aquellos que no tenían un amor como el que yo tengo con Jessica, pero esa felicidad me fue arrebatada cuando menos me lo esperaba.
Hace mucho tiempo que trataron de jugar con mi corazón, desde entonces me propuse nunca enamorarme de alguien, quien diría que esa rosa descongelaría el frío de mi corazón...