Atlas era invencible. Entró en la arena a los trece y se ahogó de sangre y gloria siempre victorioso. Tenía sangre de príncipe, y seguramente podría haber llegado a ser uno, pero ¿quién no podía asegurar lo mismo dentro del Coliseo? Las tribus K'iche tomaron la mitad del gran continente de Atora, e hicieron uso de los doce linajes reales para criar poderosos gladiadores ricos en éter, baterías y soldados. Conocido por ser frío y cruel, Atlas no conocía un ambiente cálido y amable, no tenía nada ni nadie al que apreciaba, y vivía una vida monótona dentro de las paredes de arenisca del Coliseo, bajo el inmutable sol del desierto. Él era feliz, o eso pensaba hasta que se le presentó un nuevo grupo de gladiadores. Entre ellos había un individuo extremadamente poderoso y a su vez extremadamente gentil. El maestro de Atlas le encargó entrenar a este individuo para así convertirlo en una herramienta útil. Pero, ¿cómo podría Atlas entrenar a un médico gentil para convertirlo en un gladiador despiadado? ¡No ponía en ningún lado que se sentiría atraído por él de una manera tan peligrosa! (Nota: Por favor, no leáis esta historia si sois sensibles a los temas relacionados con la muerte, el abuso sexual y la violación. El abuso sexual sólo se presenta de manera implícita, no se describe en ningún momento.) Historia original por @knigthingale Link de la historia original: https://my.w.tt/6aAtBemKr5