Los secretos nunca terminan con la muerte. ©

Chloe Deveraux, una atractiva adolescente de diecisiete años con
raíces francesas, se ve obligada a abandonar su ciudad cuando su vida sufre un
cambio repentino cuando la vida de su madre es consumida en su totalidad
después de casi una década de lucha inminente contra el tumor cerebral que
desmantelaba su vida minuto a minuto.

En medio de una fuerte depresión que la convierte en una chica
inexpresiva y cerrada, Chloe inicia con su último año escolar en la escuela más
privilegiada de Fort Lauderdale, lugar al que se ve arrastrada ya que su padre
y único tutor legal se había asentado en aquel condado desde el divorcio con su
exesposa y madre de Chloe.

El primer día de clases, Chloe conoce a Jackson Walls, un
adolescente próximo a los dieciocho con una actitud fuerte y altanera, quien no
solamente es condenadamente apuesto, sino que también se ve embelesado por
completo desde la primera vez en que conoce accidentalmente a la chica. En un
principio, ambos se resisten a la explícita conexión que comienza a florecer
entre ellos, diciéndose a sí mismos que no es más que: "es solo un intento desesperado de buscar algún tipo de consuelo en alguien" según
ella, y: "es solo las ganas de llevármela a la cama" según él.

Pero cuando ambos aceptan lo que sienten por el otro, comienzan a
generarse inconvenientes que hacen muy difícil el entablar una relación normal,
y cuando finalmente sus sentimientos son evidentes para todos, se desencadenan
consecuencias que los llevan a verdades impactantes, secretos abrumadores, y
situaciones al límite que ponen a prueba cuantas fronteras pueden sobrepasar el
apasionante e intenso amor que ambos comparten.

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