Entonces lo arranqué y lo dejé caer, deseando comprarme un nuevo dije de corazón para siempre recordar que no soy la mitad de nadie. Creí que había acabado, que tras dejarlo atrás todo acabaría, que me dejaría llevar por el sol sobre mi cabeza. Pero siempre hay un día después, esto no es una película que acaba cuando el dije toca el suelo. ¿Sería lindo no?