En el lejano pueblo de Landerhor, los padres de Cornelia la han abandonado dándosela al padre del pueblo. Después de aquel acontecimiento, sus padres desaparecieron entre los árboles, una noche de luna llena y una tormenta de nieve.
Luego de unos largos años, esta niña crece. Y el pueblo, aparte de tener peste de brujas, vampiros y licántropos, también hay plaga de sirenas.
Cornelia aprende a defenderse y se vuelve la cazadora de Landerhor, aunque ella crea un gran resentimiento hacia las sirenas más que todas las demás criaturas, por quitarle a algo que amaba más que su vida.