Hace tiempo, Don Martín, el carpintero, hizo en la recepción de mi casa, que como buena latina, es su casa también, una pequeña barra y algunas repisas para poner mis tazas de café.
Puse también una pequeña cafetera, algunos libros, porta retratos, y una lámpara con aspecto viejo que cuelga del techo que un buen amigo me hizo el favor de instalar. Está el horno de microondas de mi ex jefa, que saqué de la oficina de la cual me despidieron hace ya dos meses, pero esa, dijo la Nana Goya: "Es otra historia"...
Desde hace años, he tenido la inquietud, de escribir, de verdad. Y, quienes realmente me conocen saben que tengo desde hace al menos 5 años un escrito que empiezo cada enero, y termina así, ese mismo enero.
Hoy, 05 de abril del 2020, empiezo este proyecto, justo un día después del cumpleaños de mi Tía Hortensia, a quien recordé ayer con mucho cariño por ser su cumpleaños.
Aquí , en mi barra de café , en el encierro a causa de la pandemia, extraño a mis amigas, viendo colgadas en frente mío las tazas que tienen cada una de ellas con sus nombres grabados en azul, me disculpo con mis termos para café que en estos días suelo usarlos sólo porque me siento mal por ellos, les prometo volverán a estar allá en el campo y por lo pronto, me reconcilio con las tazas que rara vez tenía tiempo de utilizar.
-Ana ReyesAll Rights Reserved