Bañados en aceite, las caricias resbalan por nuestra piel. Los olores me embriagan y su voz se incrusta en mi mente. Borracha de placer, busco con desesperación el cuerpo ajeno. Jadeo sin poder evitarlo, ciega en el torbellino de emociones. Sin miedos y sin tapujos, las consecuencias serán costosas.