En el diccionario de Xana no existe la palabra amabilidad, su carácter es demasiado hosco como para que conozca siquiera su significado. Su mal humor le ha traído demasiados problemas a lo largo de los años y tener que permanecer en un sanatorio teniendo en cuenta su odio por ellos solo consigue aumentar sus mordaces comentarios. Por alguna extraña razón, Xana decide depositar su confianza en su compañera de habitación sabiendo que no va a ser capaz de soportar toda su estancia allí sin una aliada. Por otra más sorprendente aún, Lucas parece soportarlo. Aunque eso no siempre es suficiente para disminuir sus constantes discusiones. Quizás todo sería más sencillo para él si sus sentidos no empezaran a alterarse con su presencia. Tal vez la solución no sería tan complicada si se tratara de una chica cualquiera. Porque Xana tiene secretos, secretos demasiado oscuros que no deben salir a la luz bajo ninguna circunstancia.