Mucho tiempo despues, uno de los hijos de Braulio aprendera , de la manera mas cruda a respetar al monte, y a la siesta. Un ave que nadie nunca vio, un duende que tiene por costumbre jugar con las animas perdidas. El estero, y la amistad se mezclan en un cuento para leer mientras degustamos un buen mate.All Rights Reserved