Mi mirada se cuelga de sus movimientos mientras habla y los observo con delicadeza. No dudo en detenerme por un minuto y preguntarme: ¿Esto de verdad está pasando? ¿Es un sueño? ¿O será que simplemente me he vuelto loco de una vez por todas? Observo el reloj, el puntero avanza. El viento entra por la ventana y empuja suavemente su cabello. Observo sus manos, observo sus ademanes y en cómo los exagera a la hora de hablar. Me detengo en su ojos y en cómo los abre sutilmente cuando se emociona. Miro sus piernas, delgadas y descubiertas apoyadas sobre las mías, mi camisa cubriendo su cuerpo y con un par de botones sueltos. Disfruto esta escena demasiado. Más de lo que debería.All Rights Reserved