Tal vez tengas pensado cómo será el personaje principal de esta historia, alguien con problemas de actitud, una chica rebelde y gruñona, de esas que se sientan solas al final de la clase y justifican sus malas acciones con su pasado. Pues esa misma chica que estas imaginando, no soy yo, yo soy la que es tan dulce que nadie quiere lastimar, la que dice un sin fin de boberías inimaginables que provocan que te quedes sin aire de tanto reír, soy la que a pesar de no controlar su ira y en ciertas ocasiones ser violenta, terminará pidiéndote la más sincera disculpa con lágrimas en los ojos. Sí, esa es quien soy, o al menos en exterior, ya que por dentro estoy tan rota que nadie sería capaz de poner un pie en mi jardín sin hundirse en mi pasado, provocando un derrumbe.