Hace muchos años, en un pueblito acurrucado sobre una isla pequeña y oscura, vivió un niño en un faro. Se llamaba Esteban, pero todos en el pueblo lo llamaban Tano. Nadie sabía de dónde había venido; sólo que después de una gran tormenta, algunos pescadores lo encontraron parado en la orilla, mirando al mar. Estaba ahí paradito, como esperando algo. Cuando lo hallaron, sus ropas estaban mojadas y llenas de arena, pero en su rostro había una linda sonrisa, como si le sonriera a alguien a lo lejos.All Rights Reserved
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