Taiga amaba los retos, la excitación sexual de Daiki era uno enorme. Porque a Daiki bien le podrías bailar desnudo, mover las caderas, decirle palabras guarras, tocarlo y no habría reacción sólo aburrimiento, hastío o asco, dependiendo de quién provenía. AoKaga Dedicado a Luisa Inspirado en una ilustración de Lehanan Aida
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