Esta fue la historia de una astrónoma que llegó a la luna y un astronauta que contempló su esplendor desde abajo. Cuando ella había estudiado todo, él ya había visto todo. Cuando ella se sabía todos los nombres, él había sentido todas las sensaciones. Cuando ella quería subir, él ya había bajado y eso no significaba que iba por delante de ella, eso significa que él iba hacia adelante sin esperar nada y ella iba segura de todo. Ella era orden, ella creía en evidencias , en los libros, en sus conocimientos, buscaba explicaciones, buscaba respuestas. Creía en lo que veía, en el cerebro y la mente. Creía que nada en la vida tenía sentido. Todo era obra del azar. Ella miraba la luna. Pero aun así quería creer en lo "imposible" que había en sus alrededores pero no tenía la valentía para gritarlo. Él era caos, creía en sí mismo, en la vida, en la naturaleza, en extraterrestre, en Dios, en el corazón y en lo que sentía. Estaba seguro que todo tenía un propósito y una razón. Todo era obra del destino. Él vivía en la luna. Pero aun así quería un poco de seguridad y calma en su paso por esta vida. Él iba corriendo esperando que alguien lo atrapará. Ambos vivían y creían en sus mundos, firmes en sus creencias... Pero aun así cuando se encontraron dudaron. Ambos necesitaban un poco del otro. Porque aunque creamos que todo está completo, que todo está en orden, que está bien, siempre necesitaremos un cambio. Y siempre habrá un cambio. Siempre hay una intención en cada casualidad. Y siempre hay una tentación en cada invitación. -¿Quieres que te hable de la luna?- dijo ella entusiasmada. -¿Quieres te lleve a ella?- dijo él maliciosamente. Y así señores con un poco de polvo estrellado. Y un poco de atrevimiento. Sin dejar de lado la inocencia. Nació la Noche🌙 ¿Crees en el destino o realmente nada tiene sentido?
1 part