Hacía mucho tiempo no había estado atento a algo que me resultara interesante, pero cuando llegó ella, con su actitud irreverente, con su porte nada elegante y su sed de sangre acumulada en las pupilas de sus negros ojos, decidí que era hora de ponerme manos a la obra. Pero, óyeme, tengo un profundo miedo. He visto y oído algo que es peligroso, y corro la misma cantidad de peligro que la adrenalina que surca mis venas. ¡Escúchame! Son mis últimas palabras. Huye y cuéntale al mundo el relato que te he confesado, son mis últimas plegarias, y el cielo me lo ha concedido, ve y diles al mundo que un monstruo se ha despertado, y que no se calmará hasta haberse saciado... (La historia cuenta sólo con dos capítulos, catalogada como Historia Corta) SE PROHÍBE CUALQUIER COPIA O ADAPTACIÓN DE LA HISTORIA, HISTORIA REGISTRADA.