No te rindas. Quédate conmigo. Esa es una de las cosas que pasaba por mi cabeza ahora que me encuentro dentro de una de las tantas habitaciones del hospital. Sé que no es la primera vez que estoy en una sala como ésta con él, pero aún así no termino de acostumbrarme. Recuerdo cuando leí en Google una frase que decía, "Nunca sabés lo que tienes hasta que lo pierdes". Eso no tenía tanto sentido para mí hasta ahora. Y es que nadie está preparado para las despedidas, sobre todo cuando no sabes si al final de día ella llegará. La realidad es que nadie está preparado ni para ello, ni para la muerte. Sólo aparece el miedo, la tristeza. Empiezas a creer que si hubieses podido hacer algo, hubieras creado un final diferente a la historia. Mamá decía que las bienvenidas daban mucho miedo, pero que las despedidas aún más cuando simplemente te niegas a aceptarlas. ¿Cómo puedes llegar a asimilar que quizá esa persona postrada en la camilla, no vuelva a abrir los ojos? ¿Cómo podría vivir sin esos precios faroles azules mirándome, haciendo que me sienta la persona más afortunada por acaparar su absoluta atención? No estoy lista para despedirme de Blake, el no va a rendirse. No me dejará sola, llegaremos hasta el final juntos. Él me lo prometió, ¿Cierto? No puede romper la promesa que me hizo. Prohibida su copia, adaptación u cualquier cosa ilegal relacionada a esta obra. Cualquier acto ilícito tendrá consecuencias.All Rights Reserved