Todos somos legados de alguien, hijos, nietos, bisnietos, tataranietos, y podría seguir. Algunas veces esos legados hablan bien de nosotros, otras no. En mi caso, mi legado me traiciona, se me adelanta en los caminos que me da la vida y deja un rastro de sangre antes de que yo pueda pasar por ese sendero. Sin permitirme cambiarlo, sin dejarme avanzar. Todos me juzgan por él, sobretodo los dioses cuando el torneo de los elementos se acerca. Ellos aseguran que perderé, me quieren humillar y patearme cuando esté retorciéndome en el suelo. No esperan nada de mí. Ser o no ser. Poder o no poder. ¿Perder el torneo cuando todos esperan y quieren que lo haga? ¿O mostrar realmente mi poder? Ahora prefiero ser yo misma y tener el mando sobre lo que siempre he querido... a vivir un destino caminando sobre fuego. Portada hecha por @MadameChatons y otorgada a través de @Editorial_Silver