Harry nunca ha pensado en establecerse. Por cosas del destino (padres que creen que el amor es sinónimo de dinero) ha pasado los últimos cuatros años de su vida conociendo pequeños lugares del mundo. Detenerse no está en sus planes. Pero todo cambia cuando conoce a Louis, un joven cualquiera que atiende una posada en Conques, Francia. Si él, además, influye en la percepción que tiene del pueblo, es algo que tratará de mantener para sí mismo.