Sin dudas unos de los procesos más difíciles en mis cortos años de vida ha sido abrir mis ojos a la realidad, no lo niego, soy una soñadora, sueño con amor, sueño con lo que todos necesitamos alguna vez. Aprendí que se puede estudiar e ir a fiesta cada semana, que se puede tener varios novios y ser fiel, a fumar mucha marihuana y ser alguien concentrado, sobre todo, que vivimos en una sociedad tan estereotipada que no toman en cuenta que el ser humano no es algo típico, no es un patrón, este libro es para los prejuiciosos, demostrarles que, cada estrella es única, y que todo final es un principio.
Eso me lo enseño Sam, la chica que ha marcado mis páginas, con experiencias de personas, de amores en puntos suspensivos, de su rara manía de querer romantizar lo tóxico, y lo intensa que se toma las relaciones a veces, ella es una chica admirable, tiene un corazón tan noble que la muy imbécil nunca se cansa de soñar,
Gracias, muchas gracias por compartir experiencias conmigo.
En la cima de la montaña, el aire es más frío y el silencio más ensordecedor. No es solo la nieve la que cae en el descenso, también lo hacen las certezas y los miedos. En el mundo del snowboard, cada salto es un riesgo y cada curva puede cambiarlo todo.
Sue Harper ha pasado su vida deslizándose entre expectativas y sueños, buscando algo más que aplausos: la certeza de que su lugar en la cima le pertenece. Pero cuando la línea entre la ambición y los sentimientos se vuelve borrosa, el verdadero desafío no está en la pista, sino en mantener el control cuando el corazón quiere lo contrario.
En un espacio donde la lealtad, la rivalidad y la libertad chocan como avalanchas, aprender a confiar puede ser más peligroso que cualquier caída. Porque el hielo guarda secretos, y a veces, lo más difícil no es llegar arriba... sino no perderse en el camino.