Sin dudas unos de los procesos más difíciles en mis cortos años de vida ha sido abrir mis ojos a la realidad, no lo niego, soy una soñadora, sueño con amor, sueño con lo que todos necesitamos alguna vez. Aprendí que se puede estudiar e ir a fiesta cada semana, que se puede tener varios novios y ser fiel, a fumar mucha marihuana y ser alguien concentrado, sobre todo, que vivimos en una sociedad tan estereotipada que no toman en cuenta que el ser humano no es algo típico, no es un patrón, este libro es para los prejuiciosos, demostrarles que, cada estrella es única, y que todo final es un principio.
Eso me lo enseño Sam, la chica que ha marcado mis páginas, con experiencias de personas, de amores en puntos suspensivos, de su rara manía de querer romantizar lo tóxico, y lo intensa que se toma las relaciones a veces, ella es una chica admirable, tiene un corazón tan noble que la muy imbécil nunca se cansa de soñar,
Gracias, muchas gracias por compartir experiencias conmigo.