Luego del incidente de la gitana, el Juez Claude Frollo recibe una carta de los altos mandos de Francia. Deberá desposarse en un par de meses, de lo contrario el puesto de juez pasaría a otro. -Esto es el colmo- doblaba aquella hoja con furia. -Mi señor, ¿Qué piensa hacer? - Desposarme, no perderé este puesto, aún tenga que matar a quien tenga que matar. Lo que no sabía para ese entonces, es que alguien llegaba a sus dominios con sed de venganza y la tomaria a toda costa. ¿Qué tan malo es convivir con alguien por la fuerza? ¿Qué tanto puedes soportar a alguien igual a ti?. Y lo más curioso es, que al final quien caiga ante el otro habrá perdido su orgullo.