-¡No lo entiendes! ¡No son malos! ¡Se defienden, nada más! -Le espeté al chico frente a mí. -¿En serio? Eres demasiado ingenua, mi hermano trabaja con dragones y he visto las heridas y quemaduras que le provocan. -¡Porque los atacan! ¡Los encadenan, les lanzan hechizos aturdidores y los meten en jaulas! ¿Qué esperas que hagan? Si tú estuvieras enjaulado y te maltratasen ¿no intentarías escapar y defenderte? -Noté las lágrimas acumularse en mis ojos pero no me permití llorar, no podía mostrarme débil ante él. -¡Han matado a cientos de los nuestros! -Sus ojos azules se oscurecieron por la ira. -¡Y nosotros a miles de los suyos! -Estaba furiosa y tenía unas tremendas ganas de sacar la varita y lanzarle un Flipendo. -Si no eres capaz de verlo yo ya no sé qué hacer para que abras los ojos. Lo que más me duele es haberme enamorado de alguien como tú, adiós Weasley.