Ahí escondido, encriptado, estaba el por qué nos habíamos odiado siempre... Era demasiado cobarde para decirle lo imbécil que había sido con ella antes del accidente, y el por qué tiempo atrás éramos como el agua y el aceite. No obstante, no podía seguir ocultándole la verdad. A pesar de que, con la verdad, también significaba perderla.Todos los derechos reservados