❝𝖥𝗎𝗂𝗆𝗈𝗌 𝗅𝗈𝗌 𝗉𝗋𝗂𝗆𝖾𝗋𝗈𝗌 𝖽𝖾 𝗇𝗎𝖾𝗌𝗍𝗋𝖺 𝗋𝖺𝗓𝖺 𝗒 𝗅𝗈𝗌 𝗎́𝗅𝗍𝗂𝗆𝗈𝗌 𝖾𝗇 𝗌𝖾𝗋 𝗋𝖾𝖼𝗈𝗇𝗈𝖼𝗂𝖽𝗈𝗌.❞ Osos... Indomables, reservados, fieros y peligrosos para los hombres, pero considerados futuras máquinas de guerra a los ojos de los orcos. Yavanna, tan pura, tan bondadosa, creó a los cambiapieles para que custodiaran a los animales y para que los hombres aprendieran de sus humildes costumbres. Desafortunadamente, en lugar de aceptar sus enseñanzas, los humanos los percibieron como una amenaza que debía ser erradicada. Siempre se ha dicho que los osos son feroces, no amigables: han sido objeto de gran temor, especialmente para aquellos que nunca se han molestado en tratarlos con amabilidad. El primer azote fue la represión; el segundo, la separación de los hijos de Whrått; y el tercero, la guerra contra los cambiapieles. ──❈── En el año 2936 de la Tercera Edad, la opresión contra los cambiapieles está más viva que nunca: aquellos que no han sido esclavizados por los orcos, son perseguidos y asesinados a manos de los hombres, lo que obliga a la mayoría a abandonar sus tierras y a buscar refugio donde puedan encontrar salvación. Los cambiapieles de Thjuk no son una excepción, ya que tras el ataque en su aldea a manos del ejército de Azog el Profanador en su aldea, huyen para evitar ser torturados y esclavizados. Por desgracia, el destino tiene otros planes para cinco de ellos: una cruel adversidad que les costará muy caro. Caranmárre, Jormalk, Íggor, Onka y Hylvy no están preparados para la inminente guerra que se avecina. Y mucho menos lo están para enfrentarse a la verdadera maldad humana.