Carmín Bristol solo conoce una forma de vida desde que obtuvo su beca de intercambio universitario a Inglaterra hace seis meses: estudiar; cumplir guardias de horarios altamente extensos; asistir como mínimo dos cirugías diarias; salir una vez a la semana con sus compañeros de carrera para olvidar responsabilidades; y, si se daba la posibilidad, dormir cuatro horas seguidas en algún momento del día. Una noche de diciembre, mientras observaba como un manto blanco cubría progresivamente la belleza de las calles londinenses y recordaba a su familia, conoció a Harry Styles. Lo que Carmín no supuso nunca, fue que ese muchacho de cabello rizado y ojos color pasto sería parte de uno de los momentos más oscuros y emocionantes de su vida. Al momento en que Harry y Carmín se conocían en aquella acogedora cafetería londinense, alguien observaba con ira la situación desde las sombras, esperando el momento indicado para terminar con quién sea que se presentara en la vida de la mujer que venía observando desde hacía meses. No dejaría que nadie se metiera en su camino. Carmín era suya y, si tenía que sacar a alguien de su camino, lo haría aunque tuviera que eliminar a una persona del mapa. "¿Estás segura que siempre estás sola? Solo basta con darte la vuelta, cariño. STLK"