Cumplieron sus sueños, llegaron a la cúspide, tan apasionados fueron en lo que hacían que podría decirse, tocaron las estrellas, pero entonces comprendieron que la fama a la que les tomó tanto tiempo llegar no era más que un laberinto de terror en el que nunca encotraban la salida. Porque cuando eran jóvenes y se amaban y estaban juntos, la adultez llegó a tocar su puerta, diciendoles que era hora de abrir sus alas al mundo, de cumplir sus objetivos y sobrepasar sus metas, y lo hicieron, pero separados, ambos con el corazón roto y miles problemas por arreglar. Los dos construyeron una vida aparentemente feliz, y ¡diablos! Que buenos actores eran para fingir por tantos años su dolor. Muchas indirectas en redes y entrevistas después la hora de volver a encontrarse llegó ¿no?