"¡Akh, un reino próspero y pacífico, en donde todas las personas son vistas como indispensables y no existe la discriminación, aquí sí es posible casarse con quien usted desee, sin importar su sexo, religión o afiliaciones política, en Akh todos los humanos son valorados, amados y especiales!
USTED ES ESPECIAL Y SERÁ VALORADO EN AKH.
Akh es el paraíso, y todos están invitados aquí"'
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Wei Wuxian miró con asco el panfleto de promoción de Akh; él y sus amigos sabían mejor que nadie la verdad sobre este llamado "paraíso", sabían la clase de escoria que dirigía el lugar, y sabían también que para ser felices debían escapar, aventurarse fuera de las altas murallas que los mantenían atrapados en ese infierno que se camuflaba de cielo, necesitaban ser libres y escapar de la injusticia.