"Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos" (Pablo Neruda). El destino es cruel, de eso no hay duda. Un sinfín de problemas y llantos han cruzado por mi vida, pero en el dorso de mi Biblia con caligrafía increíblemente bella y cursiva estaba escrito: "Después de la tormenta, viene la calma" para mi preciosa hija de tu querida madre, siempre confía en Dios, es el único que no te fallará. Milagrosamente esas palabras eran como maná del cielo, y jamás dudaba de su poder, pero... Era difícil sólo apoyarse en aquello. Mi vida estaba en un estado pleno tranquilidad en el día, y de angustia en la noche... Y creí que todo seguiría así hasta mi muerte... Pero algo que no me había advertido mi madre y Dios, era que en mi camino se iba a aparecer la felicidad con dos piernas. ©Todos los derechos reservados prohibida las adaptaciones y copia parcial o total de esta historia. De lo contrario serás sancionad@ por plagio y violación a los derechos de autor.
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