"Me encanta jugar con fuego.
¿Por qué? Cariño, fui yo la que te puse ahí arriba."
Tomioka Giyuu había sufrido demasiado perdiendo a sus padres en un incendio intencional. Luego de verlos muertos, sus ojos azules ya no reflejaban nada. Atrapado en un orfanato sin ser adoptado por nadie hasta sus ocho años, llegó una familia decidida a adoptarlo. Ahí conoce a su nueva hermana: Amanda, una niña nacida en el extranjero.
Amanda y Tomioka se vuelven grandes hermanos, más que hermanos. Su amistad prospera hasta los veinte años, cuando los padres de Amanda mueren también a manos del fuego. Tomioka, decidido a acabar con la persona que está matando a sangre fría con gasolina, se vuelve policía. Mientras, Amanda lo apoya en todo, escondiendo la depresión que la está atacando.
Tomioka encuentra a la persona responsable del incendio que mató a sus verdaderos padres, pero no el de los de Amanda. Aquello, lo mandó a la fama, siendo uno de los policías más famosos y confiables del país, dejando a su hermana sola por el trabajo.
Amanda queda abandonada, con mucho dinero, pero sin amor. Tal cual como hizo su hermano, decidida a hacer algo con su vida, se vuelve una criminal, casualmente provocadora de incendios.
¿El amor a uno mismo es más grande que uno hacia otra persona? Por supuesto, eso pensaba ella.
Pero no él.
"No quise dejarte sola... jugando con gasolina."
Historia sólo para mayores de 18 años.
Gi-Hun busca acabar con los Juegos, pero no sabe que In-Ho, el hombre tras la máscara, arriesga todo para protegerlo. Entre la tensión de los retos y las miradas, ambos se acercan peligrosamente, atrapados entre el deseo, los secretos y un sentimiento que podría destruirlos.