Axel aún no entendía la importancia de seguir. Tras sentirse culpable del asesinato prematuro de su padre, creía que merecería la infelicidad y que el afecto hacia otras personas haría que estas se fueran de igual manera. Alaia, una niña risueña y feliz con un incógnito pasado, lleva su joven vida al extremo opuesto de lo sano, creyendo que no se debe llorar por nada y que no importa, pase lo que pase, una sonrisa es lo primordial. Ambos se unirán para descubrir el pasado de Alaia y concluir una historia que parece no tener fin, mientras se descubren a sí mismos y aprenden de los golpes que da la vida. El mundo demasiado gris, o demasiado rosa lleva a la misma penumbra existencial. Podría ser increíble lo que puedes aprender de un par de botas y una melena azulada.