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El emperador Kim, con el orgullo dañado por no ser tan poderoso como se esperaba del monarca al proteger a su pueblo, y por ser testarudo cuando previnieron su catástrofe, tendrá que aprender a confiar en sus cercanos para salvar al reino que sumido en aguas oscuras, empieza a perecer, intentando cumplir con el decreto sentenciado por un antepasado al encontrarse con Oh Sehun. Su guardián Suho no deberÃa estar desquiciado y equivocado para haber profesado lo que ocurrirÃa, admite con derrota. Se convence de que su último recurso es una joven bruja de nombre Luvex, una diosa reencarnada, que dice tener las respuestas a todos sus problemas, pareciendo burlona al decirlo. ¿El emperador escuchará con atención, o una vez más fingirá ser sordo y, se dejará llevar por los sentimientos negativos que lo inundan?
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Gi-Hun busca acabar con los Juegos, pero no sabe que In-Ho, el hombre tras la máscara, arriesga todo para protegerlo. Entre la tensión de los retos y las miradas, ambos se acercan peligrosamente, atrapados entre el deseo, los secretos y un sentimiento que podrÃa destruirlos.