Como Montescos y Capuletos

"[...] era de público conocimiento que los Ponce de León y los Arrellano eran como el agua y el aceite, como Montescos y Capuletos. Sus abuelos habían fundado las empresas que, hoy en día, llevaban los apellidos de sus familias. Ambas exportaban los mejores vinos de toda España y habían sido competencia desde el día uno; que fueran enemigos no era de extrañarse. A Helena todo aquello le parecía absurdo e infantil [...]"

A sus dieciocho años, la pequeña Helena Ponce de León le había pedido a Martino, el mayor de los Arrellano, que la besara. Un mes después, se encontraba en un avión que la llevaría a cumplir sus sueños en Londres.

A los veintidós, volvía a Madrid para incorporarse a la empresa familiar. Nunca imaginó que, después de cuatro años, iría a descubri que Martino Arrellano, quien se había convertido en el CEO más joven y poderoso de España, estaba loco por ella. Tampoco imaginó que sería él quien arruinara todos sus planes.

Pero ¿todo es lo que parece?