Gen siempre había sentido fascinación por las almas y corazones humanos, aun cuando el velo de agua le hacía invisible a ellos. Después de mucho tiempo, un día se encontró observando a un humano que podía sentir su presencia y, cuando menos intuir el murmullo de su voz. Sin embargo su visita es esporádica y distante, y Gen sabe que aun si estuviera a su lado, no puede cerrar la brecha entre ellos. Lo único que puede hacer es pedirle a la Luna que le haga llegar su amor.