Bathy, era un lugar hermoso, sus tierras se extendían hasta donde el sol tocaba el mar. No había un pedacito de este magnífico paraíso que te desagradara, pero no todo era bueno. Los clanes que habitaban en Bathy no eran fanáticos de los cruces, pero yo, Eyveri, era una. Así empieza mi historia, la historia de Bathy, la historia de todos...