Todos me despreciaban por ser la hija de una amante, nunca se preocuparon por mi, aun recuerdo las veces que me enfermaba y nadie estaba ahi, nadie, solamente me acompañaban las cartas del tarot que solían pertenecer a mi madre, todo lo demás me fue arrebatado cuando murió, incluso si mi padre se apiado de mi, me mando a vivir en una cabaña en medio de un bosque sin compañía alguna, demostrando que no se preocupaba por mi, pero todo cambio cuando me dijeron que debía conocer y lograr casarme con un duque, no tenia voluntad para negarme, pues sabia que era inútil, la fama del duque es de alguien despiadado, vació, malvado y amante del ¿chocolate?