Cuando el alma pide a gritos hablar, romper con aquellas cadenas que le impiden liberarse, sumergirse en el miedo y desesperación, de un amor, un amor no correspondido, un amor perdido, una tristeza profunda la cual hace de las noches una pesadez, cuando el corazón y la mente están en una disputa por llevar la razón, cuando se lloras más no lo puedes dejar ir, escucha aquellas voces que escribes cada noche mostrando el flujo del dolor que renace y muere cada mañana.