Mi abuela sentía una debilidad por Jackson, siempre le consentía y le regalaba dulces a escondidas de mi madre. Incluso mis padres querían más a Jack que a mí. Era un niño demasiado consentido para ser el hijo de la niñera. El día de su cumpleaños 18 le organizaron una fiesta donde mi padre dió un anuncio: Y por todo ese cariño que te tenemos, Jack, queremos oficialmente que formes parte de esta familia. Así que este es nuestro regalo de cumpleaños, la mano de nuestra querida hija Elizabeth. ¡QUE! --------------- Está historia no es mía es otra adaptación para JELSA, los créditos son para el autor de esta historia.
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