Las palabras, aquella fuente poderosa que profesa el amor. Pero Min Yoongi descubrirá que no necesariamente era así, pues entre teclas blancas y negras, miradas curiosa y 2 corazones que bombeaban una misma melodía descubrirá un amor tan puro como indispensable. Siendo ella el arte vuelto persona, siendo el quien la escuchaba sin sus labios tener que emitir palabra alguna. Ambos caminaban en silencio y sin dirección, sumergiéndose en la oscuridad guiados por una brújula destartalada que bien podía hacerlos perder en el camino, pero aquel camino frió y solitario había llegado a su fin, encontrando una dirección que sus brújulas querían seguir.