Para los grandes reyes del antaño había sido duro el dejar su lugar, había sido difícil dejar de ser reyes y reinas para convertirse en adolescentes, dejaron las guerras y batallas para retomar sus estudios, dejaron aquel lugar mágico para seguir con sus vidas.
Los Pevensie quienes se mantenían con la esperanza de volver a Narnia con él pasar de los días, aquellas ilusiones se iban apagando una por una, sin embargo, la menor de estas siempre se mantuvo con la esperanza de volver a donde una ves, fue feliz.
Con el paso de los días, la guerra iba bajando de peligro y con ello, su estadía con el profesor Digori Kirke se iría terminando hasta finalmente, llegase el día.
Lucy todos los días se preguntaba cuando regresarían, sin embargo jamás perdió aquella luz, ni aquellos recuerdos.
Edmund, quien cada ves iba madurando y manteniéndose con aquella sabiduría que aprendió al reinar Narnia por tanto tiempo pedía cada día regresar por una última ves.
Peter y Susan, eran una historia distinta, tuvieron que madurar de forma inesperadamente rápida, y con ello, la idea de Narnia ya no sonaba tanto en sus planes.
Narnia era un mundo lleno de magia que con la pérdida de los reyes, se fue desmoronando al estar desprotegida. Pero, todo eso cambiaría, la antigua Narnia resurgira de entre las cenizas y con ello, la ayuda de los reyes y reinas tendrían que contribuir aliandose con nuevos enemigos y quien sabe, incluso con una nueva intrusa.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...