CAMPAMENTO GAY +18

Dos meses en cada verano eran lo suficiente para todos ellos. Era el tercer año consecutivo donde habían logrado el mejor de todos los encuentros. Jamás imaginaron que este año llegarían a los 1000 inscritos en un campamento como este, donde las reglas eran claras, nada de apellidos y el que tuviera más encuentros sexuales ganaba. Si, un campamento gay. David y Dereck eran los organizadores de este magnífico evento para la comunidad de hombres gay. Lo que había comenzado como un sueño y 20 seguidores en lista, se había convertido en realidad y con muchos mensajes de espera para ser aceptados en dicho campamento. Ente año había sido el mejor. 1000 hombres inscritos buscando el mejor de los veranos, donde nadie juzgaría a nadie y donde el placer era lo único que importaba. Lo mejor de todo era que no se parecía a ningún otro campamento. Aquí no importaba tu clase social ni tu apellido, para inscribirte solo tenias que ser mayor de edad, enviar al e-mail del campamento una foto de ti desnudó, tu primer nombre y el tamaño de tu pene. Al ser aceptados te tomaban pruebas de sangre y se aseguraban de que no tuvieras ninguna enfermedad de transmisión sexual. Ahora las inscripciones habían acabado y el gran día había llegado