La vida es una secuencia constante de elecciones que no podemos frenar, y el caso de Débora. Lo que si había diferente en su vida, era la secuencia de malas decisiones de los que había a su alrededor. A pesar de eso, solo podía seguir adelante, después de todo ella era como un lobo, solitario y deseoso de admirar la luna y a sus amigas, las estrellas.