Rut tiene toda su vida planeada. Nació en el seno de una familia cristiana ultra-conservadora de clase media donde la han enseñado a ser una buena chica. Sabe que acabará casándose con algún chico también católico y tendrá una numerosa prole que acabará criando ella sola, justo como ha aprendido con sus hermanos pequeños. Su vida consiste en ir al colegio entre semana y a misa los domingos, pero todo cambiará cuando su amiga María le presente a Paula, la libertad personificada.