...Y ahora que todo se ha marchitado y mis raíces secas finalmente se han acabado despegando del suelo que me sostenía, lo único que me queda es caminar por los raíles viejos y oxidados a esperar a que pase el siguiente tren, y así, acortar el camino hacia la próxima parada, aunque sea desconocedora de hacía que lugar me llevará... Porque ya me he hartado de los días grisáceos y de la hierba congelada con olor a metálico que lucha por crecer junto a las vías. Y que tengan esa altura me hace sospechar que el tren lleva mucho tiempo sin pasar por aquí, y empiezo a dudar que en algún momento vaya a hacerlo...